El hombre que revolucionó el transporte de carga

Ahora en el nuevo milenio, vale la pena recordar a aquellas personas que con su ingenio y creatividad ayudaron al desarrollo de los negocios en el mundo. Una de estas personas es Malcom McLean, un transportista de los Estados Unidos que en los años 30 conducía su propio camión desde su ciudad natal Maxton en el Estado de Carolina del Norte.

Fue en el año de 1937, mientras esperaba a que el personal del puerto bajara la mercancía de su vehículo y la subiera al barco, cuando se le ocurrió por primera vez la idea original: si los camiones fueran embarcados con todo y su carga las maniobras serían más ágiles y rentables.

Para aquellos que durante nuestra niñez ya disfrutábamos de la televisión quizás no recordemos que anteriormente la mercancía se transportaba de un sitio a otro en su empaque original, es decir, en cajas de madera o cartón.

Esto ocasionaba que los bienes transportados "desaparecieran" o sufrieran daños durante las maniobras de carga y descarga. Todo esto terminó cuando se estandarizó el uso de los contenedores, y a partir de entonces el comercio mundial se movió más rápido y seguro.

Los Inicios

Malcom McLean ha sido un hombre muy trabajador, desde que se graduó de preparatoria en el año de 1931 decidió comprar un camión usado y dedicarse al negocio del transporte de mercancía.

Para el año 1936 ya contaba con una flotilla de 6 unidades y transportaba textiles desde el estado de Filadelfia hasta el puerto de Nueva York. Para el año 1940 su compañía contaba con 30 camiones y generaba ventas de casi un cuarto de millón de dólares al año.

A mediados de la década de los 50 su empresa daba empleo a más de 700 personas y contaba con 32 oficinas en diferentes ciudades de Norteamérica, sus ventas anuales rebasaban los 12 millones de dólares. Ya entonces McLean Trucking Company, con oficinas centrales en Winston-Salem, se le consideraba como una de las más exitosas empresas transportistas de los Estados Unidos.

Realizando su proyecto.

Aunque el negocio estaba funcionando de forma adecuada McLean seguía pensando en la posibilidad de cargar directamente a los camiones en los navíos para optimizar las labores en los puertos. Desde los años 20 ya existía el antecedente de barcos que transportaban vagones de ferrocarril, pero las maniobras eran todavía complicadas. Para iniciar su proyecto McLean le presentó la propuesta a la empresa Southern Railways, con la finalidad de trabajar de manera conjunta en la adaptación los vagones a la cubierta de los barcos.

Pero la empresa ferroviaria no le vio mucho futuro al proyecto..Durante un viaje a Houston, McLean observó que los tanques que se utilizaban para transportar petróleo desde el estado de Texas hacia otros puntos, regresaban siempre vacíos. De manera que empezó a reflexionar sobre la idea de aprovechar esta oportunidad para enviar mercancía de regreso y de esta manera bajar los costos de transportación.

Para iniciar su aventura McLean compró una empresa que fabricaba tanques de acero y cajas para camiones. Vale la pena mencionar que para entonces el empresario no había tenido la oportunidad de subirse a un barco durante una travesía.

Nace el primer contenedor

El 26 de abril de 1956 dos navíos salieron del puerto de Newark, en la ciudad de Nueva York, llevando dos cajas de camión especialmente acondicionadas para sujetarse de forma segura a la cubierta de los barcos. El primer barco en zarpar recibió el nombre "Ideal X." Este día nacieron oficialmente los contenedores en el mercado mundial.

Pronto el empresario reconoció la importancia de los materiales utilizadas en las cajas y los refuerzos que deben llevar en las esquinas para soportar las tempestades en alta mar y los "golpes" que reciben durante el manejo. Al poco tiempo cuatro barcos, especialmente acondicionados para transportar cajas, estaban recorriendo los principales puertos de la costa Este de Norteamérica.

Después de adquirir Pan Atlantic, la empresa que fabricaba las cajas de acero, se lanzó a la compra de Waterman Steamship Corp. , compañía que se dedicaba a la fabricación de barcos y además contaba con instalaciones propias para cargar y descargar en algunos puertos.

Una persona sincera

En el año 1959 la Legión Americana le otorgó a Malcom McLean el reconocimiento El Premio al Marino Mercante, esta ceremonia es toda una celebración, especialmente a los miembros de la industria, pero desafortunadamente quien iba recibir el premio nunca apareció.

Cuando los miembros de la legión le preguntaron qué había sucedido simplemente dijo la verdad: "Lo olvidé." Esta razón fue suficiente para que fuera invitado de nuevo al año siguiente. La próxima semana continuaremos hablando de esta figura comercial y logística del Siglo 21.

Fuente: Daniel Ochoa García/


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